El sueño de Silvestre de León cumple veinte años. El empresario, fallecido en 2002, decidió a finales de los noventa abrir un centro de fisioterapia con el que cubrir la demanda existente, en esos momentos, en Fuerteventura. Dos décadas después, el Centro de Especialidades Médicas (CEM) cuenta con más de una veintena de especialistas y sofisticada tecnología que lo han convertido en un centro de referencia y vanguardia en la isla y más allá de sus límites geográficos.
El proyecto de Silvestre de León echó andar en 1998. Su objetivo inicial fue crear un centro de fisioterapia con el que dar respuesta a la demanda de una isla sumida en plena vorágine de desarrollo económico y poblacional.
El centro abrió sus puertas en 1998, en un pequeño local en la calle María Estrada, en Puerto del Rosario. En su fachada colocaron un rótulo con el nombre de Centro Clínico Fuerteventura. A los servicios de fisioterapia iniciales no tardaron en unirse nuevas especialidades como la de ginecología o traumatología.
Mientras tanto, Silvestre seguía soñando con incorporar nuevos servicios sanitarios en la isla. En 2002 cumplió un nuevo sueño, instalar en la isla la resonancia magnética. La llegada de la maquinaria supuso toda una revolución en la sanidad insular. Un acuerdo con el Servicio Canario de Salud ponía fin a los traslados de los pacientes a las islas de Gran Canaria y Tenerife y a las listas de espera.
Ese mismo año Silvestre falleció. Su proyecto lo continuaría su esposa Marisa Darias, una profesional de la Educación que ahora tomaba las riendas de un negocio que, desde su creación, ha perseguido dotar a la isla de Fuerteventura de los mejores especialistas, métodos punteros para pruebas de diagnóstico y maquinaria de vanguardia.
Poco a poco, la familia del centro fue creciendo con la llegada de nuevos profesionales de la enfermería, la medicina general, la psicología, la endocrinología… En 2008 el Centro Clínico Fuerteventura escribió un nuevo episodio en su historia al unirse al Centro de Especialidades Médicas (CEM). El objetivo seguía siendo el mismo que el marcado en su día por Silvestre: traer a la isla un amplio abanico de profesionales médicos y las tecnologías más avanzadas.
La unión no tardó en dar nuevos frutos. El local, ahora ubicado en la calle La Graciosa, se abrió a nuevos servicios como el de odontología y fue incorporando servicios punteros como ecografías 4D en ginecología, radiología totalmente digitalizada…o servicios como, por ejemplo, criocirugía en otorrinolaringología que, en estos momentos, no se da en otro lugar de la isla. Entre sus servicios también está atender a las compañías de seguros privados, mutuas de accidentes laborales, aseguradoras,…. etc
El sueño de Silvestre se ha cumplido. Veintiséis trabajadores y una veintena de especialistas médicos siguen trabajando a diario para que el CEM continúe siendo un referente en la sanidad insular.